Introducción
Al mundo actual en el que vivimos se lo ha denominado mundo posmoderno;[1] es a este mundo al que en la actualidad enfrenta el cristianismo, y de forma especial y particular, el adventismo. Es un mundo en el que los cambios, las contradicciones, la tolerancia, la guerra, la paz, el escepticismo, la religión y hasta el terrorismo entre muchas otras cosas más, encuentran fundamentos y razones aparentemente solidas para ser y continuar siendo validos.
En este mundo, la religión es vista como cualquier otra disciplina del saber humano. Los defensores del posmodernismo dicen de ella lo que se dice de la filosofía, que su definición, comprensión y práctica dependen de forma particular e independiente de cada teólogo, cristiano, e individuo que lee la Biblia.[2] Y si esto es así, entonces la observancia de un día de reposo queda a la interpretación y gusto de cada individuo.
Posmodernismo y desconstrucción
En este tiempo de grandes cambios el cristianismo no está exento de ellos, como lo señalan diversos autores. Estos grandes cambios en la comprensión de los temas bíblicos se iniciaron con el surgimiento del iluminismo,[3] de las “tendencias racionalistas, secularistas, naturalistas y ateas, de los cristianos del siglo XIX”[4] y de los progresos hechos por las ciencias humanas,[5] entre las cuales la filosofía es una de las que más progreso ha tenido.[6] Estas corrientes filosóficas conducen a que teólogos, creyentes y estudiosos de la Biblia conjeturen nuevas formas de abordar el estudio de la Biblia[7] y con ello lleguen a nuevas, variadas, contradictorias y hasta polémicas explicaciones de un mismo pasaje bíblico. Es al parecer esta realidad la que hace que Quezada del Río diga que,
… la Biblia es maestra, más que de actitudes o creencias, de interpretación y actualización. Y una característica de sus reinterpretaciones reside en que son plurales y soportan la tensión, por lo que la interpretación – actualización debe necesariamente ser plural.[8]
Como si fuese poca la variedad de formas en las que se estudia e interpreta la Biblia, hoy se ha creado una nueva forma de hacerlo, la que es conocida con el nombre de “acercamiento desconstruccionista”, construida sobre los postulados filosóficos del desaparecido Jacques Derrida, judío, argelino, francés (1930-2004),[9] cuyos pensamientos son considerado la base del posmodernismo. Sus pensamientos hacen de la palabra escrita simples neologismos que sólo proponen significados, los que según él, dan lugar a oposiciones que afectan el significado original, el cual jamás podrá ser alcanzado. Este es un concepto claramente expresado en el análisis de la Differance y desconstrucción derridiana hecha por Espinoza Lolas cuando dice,
… No hay ningún horizonte que permita caminar en un sentido establecido… Lo único que queda es caminar en la vida a través de “huellas” y atenernos a ellas… el cual se constituye en lo absolutamente diferente a cualquier camino que tenga la pretensión de ser el camino por antonomasia. El camino verdadero si queremos hablar en esos términos, solamente se impone en la medida que se camina. Y mientras esto sucede el propio camino que se va forjando en el caminar se nos convierte en simples “estelas en la mar”.[10]
Es esta nueva corriente filosófica posmodernista la que da origen a interpretaciones bíblicas, variadas y contradictorias, que reclaman el derecho a ser consideradas como verdaderas. Sin embargo, no se debe olvidar que “la Palabra del Señor permanece para siempre. Esa palabra es la Buena Noticia que se les ha anunciado” (1Pe 1:25, BNP[11]). En el mundo posmoderno, de forma contradictoria, lo único equivocado y falso es aquello que dice ser correcto y verdadero.[12] Al respecto, el Dr. Alberto Timm declara: “los posmodernos abren el texto bíblico a una variedad de interpretaciones subjetivas, todas igualmente válidas. Consecuentemente, ya no hay una clara y consistente Palabra de Dios”.[13] Sin embargo, no podemos olvidar que “La palabra verdadera permanece para siempre, el mentiroso sólo un instante.” (Pr 12:19 BNP)
La verdad del sábado o el sábado de verdad
Hablar del Sábado en el mundo posmoderno que hemos definido no es tarea fácil, ya que nuestra sociedad actual lo evalúa todo y duda de todo. Debido a ello, surgen diferentes preguntas sobre el sábado y cada una de ellas recibe distintas respuestas. Esto es consecuencia del mundo posmoderno en el que nos tocó vivir y predicar. A pesar de ello, se debe recordar que la iglesia ha sido llamada a predicar un mensaje en el que está presente el sábado, pues como dice Luis Gonçalves, “Cuando la iglesia se levanta para proclamar el sábado, está cumpliendo la misión dejada por Cristo”.[14]
Pero, ¿Qué es el sábado?, aunque al parecer sea fácil responder esto, no lo es. Son distintas las posiciones y posturas que hoy en día se encuentran al momento de definir el sustantivo “sábado”; como ejemplo leamos lo que dice el Diccionario de la Real Academia Española:
“Sábado: (Del lat. bíblico sabbătum, este del gr. σάββατον, éste del hebr. šabbāt, y este del acadio šabattum, descanso). (1). m. Sexto día de la semana, séptimo de la semana litúrgica. (2). m. Día santo para el judaísmo y alguna otra confesión religiosa”.[15]
Es claro que este diccionario atribuye tres significados al Sábado: 1) sexto día, 2) séptimo día, 3) día santo. Es también notorio que según este diccionario cada uno de ellos tiene una aplicación determinada dependiendo del caso y la circunstancia. Esto confirma lo ya mencionado sobre el mundo posmoderno, donde todo se acepta y todo es verdadero, donde no hay posiciones equivocadas, sólo contextos diferentes.
Joseph Alois Ratzinger,[16] en su libro El sábado de la Historia, nos brinda algunas ideas de su concepto sobre el sábado, concepto bastante popular entre distintos grupos religiosos. Él lo concibe como un día de tristeza, dolor y tinieblas, símbolo de perdición y de una era de oscuridad que el mundo tendría que pasar.[17]
Sin embargo, estas no son las únicas maneras de conceptuar al sábado en el mundo cristiano. Hay quienes ven en él una muestra de fundamentalismo extremo[18] o un símbolo de liberación e igualdad civil, un tiempo que nos recuerda que Dios no está interesado en problemas religiosos sino en problemas humanos, interesado en “satisfacer las necesidades vitales, sea en sábado o no”.[19] Por lo tanto, toda ley humana o divina se encuentra sometida, según ellos, a la satisfacción de las necesidades vitales del hombre.
También se debe recordar que quienes definen al sábado de una manera hoy, no siempre lo hicieron de la misma manera. Como ejemplo, se puede leer la definición para “sábado”, expuesta en el “Catecismo del Santo Concilio de Trento para los párrocos”, elaborado por orden de Pio V en el siglo XIV, en el que se habla de forma directa y clara del carácter religioso que éste tiene,
Por la santificación del sábado se entiende en las sagradas Letras, levantar mano de trabajos corporales, y de negocios, como lo muestran con claridad las palabras siguientes del Mandamiento: No trabajaras. Pero no solo significan esto (pues en tal caso habría bastado decir en el Deuteronomio (d): Guarda el día Sábado), sino que se añade en el mismo lugar: “Para que lo santifiques”, por estas palabras se manifiesta que el día del Sábado es religioso, y que está consagrado a acciones divinas y santos ejercicios.[20]
Todas las posiciones y definiciones presentadas sobre el sábado tienen al parecer un sólido fundamento lógico, argumentativo, filosófico y bíblico. Estos conceptos y argumentos llegan a las mentes de líderes religiosos adventistas y estos a su vez las transmiten a la feligresía general.
Steger declara que en el pasado, los líderes y “maestros del judaísmo revistieron el sábado con un fuerte énfasis legalista”,[21] convirtiéndolo en una señal de exclusivismo egoísta y no de santificación.[22] Actualmente hay quienes afirman que lo importante es el espíritu del sábado y no las “normas” para su observancia. Es decir, si se conserva el espíritu (principios) del sábado, la forma como se lo observa no importa. Como ejemplo podemos citar el libro titulado Adventism for New Generation,[23] y los temas abordados mayoritariamente en la revista Adventist Today.[24]
Es a esto a lo que podemos llamar “la desconstrucción del Sábado,” pues la desconstrucción convierte a nuestra sociedad, “en una sociedad sin padre, en la que cada cual ha de ser su propio padre—dice Urdanibia—estamos llegando al momento en que cada individuo se ve obligado a inventar conductas”.[25]
Desconstrucción del Sábado
La desconstrucción del sábado es también la desconstrucción del texto bíblico, ya que es imposible hacer un trabajo desconstructivo de la Biblia sin tocar en este proceso los temas que ella contiene, Hacer esto nos obligaría a concluir diciendo que el significado del texto bíblico no es único, sino variado y al mismo tiempo errático, postura común entre los estudiosos bíblicos del mundo posmoderno. Realidad claramente identificada por el Nuevo comentario bíblico: siglo veintiuno, donde leemos,
… muchos exponentes de la nueva hermenéutica sobrepasan el límite. Ellos argumentan que toda vez que la interpretación de las personas difiere en alguna medida de las de otras, no se puede hablar legítimamente del significado del texto… Ellos dicen que el significado no está en el texto sino en los lectores, los intérpretes, del texto. Si las diferentes interpretaciones son legítimas, entonces no se puede hablar de la interpretación correcta, o la interpretación verdadera; ellos piensan que tales expresiones terminan en afirmaciones de preferencia personal. Si ninguna interpretación en particular es correcta, entonces todas las interpretaciones son erróneas (lo cual conduce al nihilismo hermenéutico conocido como “desconstruccionismo”), o todas son igualmente “correctas”; p. ej. todas son buenas o malas en la medida que satisfacen o cumplen con las necesidades de una persona en particular, o comunidad, o cultura; o simplemente satisface cierto criterio arbitrario. En esta corriente, estos proponentes de la nueva hermenéutica aceptan diferentes “lecturas” de las Escrituras:… una lectura de la teología de la liberación, una lectura feminista, una lectura protestante anglosajona, una lectura católico romana, una lectura homosexual y así sucesivamente. Alineada con el poderoso respeto contemporáneo que la cultura occidental le asigna al pluralismo, esta nueva hermenéutica considera que ninguna interpretación es inválida excepto aquella que declara ser la correcta haciendo a las otras incorrectas.[26]
Entonces, lo primero que hace este mundo posmoderno es darnos una nueva forma de conceptuar la Palabra de Dios. A diferencia de otros tiempos y sociedades donde habían grupos que tildaban a la Biblia de ser un texto prohibido, condenador, incomprensible, ficticio, oscuro, dañino, desactualizado, texto al que había que quitarle todo lo imaginativo y dejarle solo lo real e histórico, el mundo posmoderno ve en él a un texto superior a los demás en muchos aspectos y del cual todos pueden encontrar agua que sacie su sed.
Demócratas, comunistas, revolucionarios, homosexuales, feministas o lesbianas, todos toman la Biblia y dicen tenerla como el libro que inspira e ilumina sus vidas. La usan para sustentar y defender sus posiciones y prácticas. Afirman que ella fundamenta la existencia e ideología que los guía. Barros dice al respecto:
Es urgente leer la Biblia a partir del pluralismo cultural y religioso. No para hacer decir a la Biblia lo que ella no dice. Querer justificar nuestras acciones u oposiciones con la Biblia sería otro tipo de fundamentalismo. Sabemos que la Biblia es limitada. “no se ocupa de otra religiones”. Sin embargo, aunque no siempre sea el farol que lo ilumina todo, es una “lamparita que brilla en la oscuridad hasta que claree el día y el astro de la mañana, Cristo, brille en nuestros corazones” (2 Pe 1,19).[27]
Es de esta forma que en el mundo posmoderno el sábado adquiere distintos significados y matices. Debido a quienes ven a la Biblia como un libro mas, uno que trata y comenta la formación y las creencias de una determinada religión, posiblemente más evolucionada que otras, pero no por ello más correcta que las otras, dicen que la aceptación de un tiempo literal como día de adoración es el resultado de un sincretismo religioso antiguo, proceso en el cual los hebreos tomaron la decisión de aceptar a algunos dioses circundantes a su cultura y rechazar a otros. Proceso en el que también se aceptaron algunas prácticas de los pueblos vecinos incluyendo entre ellas al sábado.[28]
Sábado de-constructor
Sin embargo, si bien es cierto que la Biblia presenta serias dificultades al momento de explicar su contenido y la dependencia que ésta tiene de la cultura que rodeó su escritura, afirmar que la observancia religiosa del sábado es el resultado de un desarrollo cultural no es tan sencillo de sustentar. No podemos ignorar el pensamiento derridiano al momento de emitir conclusiones desconstruccionistas sobre la biblia o el sábado. Para Derrida
Dado el “performativo de promesa” que presupone el acto de la crítica, la razón está vinculada a la religión. “Religión y razón se desarrollan juntas a partir de este recurso común: el compromiso testimonial de todo performativo, que incita a responder tanto ante el otro como de la performatividad performante de la tecnociencia”.[29]
Aquí Derrida reconoce que la religión ha tenido siempre problemas con la razón, lo que da lugar a la formación de grupos religiosos irracionales, cuya performatividad [discursos repetitivos que producen efectos] no tiene sustento lógico o razonable sino una base fundamentalista y ciega. En este sentido el sábado, tomado como día semanal, nunca ha sido puesto en duda, no porque tenga una razón lógica o científica que la sustente, sino por un simple hecho práctico y principalmente por puros asuntos religiosos y de fe.
Esto nos demuestra que aunque el sábado no cuente con un asidero razonable [es un discurso performativo], éste ha superado la razón que la ha criticado y se ha mantenido a pesar de todo, sobre el otro y sobre el todo. Lo que nos demuestra que la religión no siempre depende de la razón sino que la razón en la práctica ha sido sometida a la religión.
Debido a ello posiblemente, para Derrida, la cuestión de la religión es “la cuestión de la cuestión. Del origen y de los bordes de la cuestión, lo mismo que de la respuesta. Por consiguiente, en cuanto creemos apoderarnos de ella bajo el titulo de una disciplina, de un saber o de una filosofía, perdemos de vista “la cosa”.[30]
Es decir, para Derrida “estamos condenados a enfrentarnos a lo que permanece oculto, que no constituye, sin embargo, el limite y el fracaso del pensamiento, sino su acicate permanente”,[31] idea que si bien es cierto da base a la indecibilidad que fundamenta la infinidad de interpretaciones, también fundamenta la existencia de una performatividad superior que desafía a una mente performante (capaz de hacer cosas por solo palabras) e inferior. Decimos performatividad superior de aquellas palabras que desafían la mente, al darle algo aparentemente irrazonable para practicar. Esto motiva una búsqueda constante por parte de la razón, para fundamentar su práctica, pero al no encontrarla, entonces la búsqueda conduce al personaje que emitió la orden, al Dios creador. De esta forma el sábado deja de ser un día común con muchos significados y pasa a ser el Gran Día del Señor, el día que conduce al hombre y su razón, al Dios creador.
De este modo, si la deconstrucción “desmonta, en sus diversas estrategias de lectura, esos órdenes aparentemente indiscutibles”,[32] entonces, no podemos sino afirmar que el sábado es más que desconstructor, [33] pues la existencia del sábado como tal destruye las diversas estrategias de lectura e interpretaciones respecto de Dios y su palabra y construye una comprensión plena y completa de ella, la que nos conduce a una correcta comprensión del génesis de la historia humana, del Dios creador y de la autoridad de su palabra..
Visto el sábado desde este punto de vista, podemos afirmar que éste día es diferente de los demás, no en tiempo, sino en propósito. Mientras que los otros días no implican desafío alguno, el Séptimo y último día de la semana como día de adoración, implica desafío a la mente humana, con ello señala el camino al Dios creador, un Dios real, cuya palabra aunque aparentemente irrazonable debe ser obedecida, por el simple hecho de que Él la pronunció. Pues en estas palabras se encuentra la verdadera performatividad, mientras que el hombre solo tiene una mente performativa, que nunca podrá alcanzar el límite y siempre encontrará nuevas preguntas en las respuestas ya encontradas.
Conclusión
Hablar del sábado en el actual mundo posmoderno no es tarea fácil. Sin embargo, no es tarea imposible, pues aunque el descontruccionismo pueda decir que solo se trata de un sustantivo con diversos significados, una profunda lectura de la Biblia nos dirá que tal afirmación es insostenible, pues el sábado es más que una palabra. Es un hecho, una obra, un ente, una puerta, un enlace, un desafío al que fue sometida la humanidad desde que ella existe. Se debe “obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5:29); es decir, antes que a las otras voces que surgen en este huerto llamado Tierra. El sábado es la evidencia de que a Dios se le obedece en silencio y no en base a nuestros razonamientos. De igual manera, el sábado nos conduce a creer en un Dios formador del cielo y de la tierra y a depositar nuestra confianza en él.
Por último, diremos que el Sábado no es un asunto de definición, sino de vivencia, experimentación y beneficio, pues es un medio a través del cual el hombre finito se acerca al Dios infinito. Su correcta observancia muestra el verdadero sometimiento de la criatura al Creador. Es tal vez por esto que Elena G. de White dice del sábado:
El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven. Mientras la observancia del falso día de reposo (domingo), en obedecimiento a la ley del estado y en oposición al cuarto mandamiento, será una declaración de obediencia a un poder que está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo (sábado), en obediencia a la ley de Dios, será señal evidente de la lealtad al Creador. Mientras que una clase de personas, al acepta el signo de la sumisión a los poderes del mundo, recibe la marca de la bestia, la otra, por haber escogido el signo de obediencia a la autoridad divina, recibirá el sello de Dios.[34]
Concluimos este artículo recordando dos textos bíblicos ya mencionados: “la Palabra del Señor permanece para siempre. Esa palabra es la Buena Noticia que se les ha anunciado” (1Pe 1:25 BNP), “La palabra verdadera permanece para siempre, el mentiroso sólo un instante” (Pr 12:19 BNP). Y con una invocación: Cuando la sociedad se mofe y nos ridiculice a causa de nuestra fiel observancia religiosa del día sábado, ayúdanos Señor a responder a esas voces, de igual forma como respondieron los apóstoles en el pasado, “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Amén.
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[1]“Se habla de mundo posmoderno porque evidentemente hay experiencias que muestran cambios esenciales en el modo de vivir en el mundo, como la experiencia del tiempo, de las relaciones interpersonales y de la comunidad política, entre otras. El mundo se percibe de otra manera, o mejor se está comenzando a percibir de otra manera, y aunque no pueden darse pautas definitivas que permitan entender el mundo, si es claro que se está presenciando el nacimiento de un nuevo mundo enmarcado en el contexto de las nuevas tecnologías, la ampliación de las técnicas de información, los desarrollos de una economía capitalista globalizada, las investigaciones científicas y la imperiosa preocupación por la seguridad como base de desarrollo de todo lo anterior. Con lo antedicho se pretende aclarar que el uso del término posmoderno para hablar de la sociedad contemporánea intenta poner de manifiesto una conciencia de que nuestra época no es la modernidad del siglo pasado, y sin entrar a discutir si somos la plenitud de ella o su malformación, lo que se quiere es dejar abierta la posibilidad de entender nuestra época bajo categoría propias que resulten esclarecedoras para los cambios que hoy se observan y desconciertan”. Óscar Mejía Quintana, El posestructuralismo en la filosofía política francesa contemporánea: Presupuestos, críticas y proyecciones (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2004), 250.
[2]“La posmodernidad no tiene una definición específica de la filosofía, ya que intenta deshacerse de los problemas de una filosofía dogmática y petrificada. Por ello su campo se ha fragmentado en diversos saberes (el arte, la comunicación, la política, entre otros) y la filosofía se ha convertido en un análisis fragmentario de los diversos campos teóricos. De esta manera, para la posmodernidad la mejor definición de filosofía es la del lector, la del que estudia filosofía, la individual”. Enrique Rivero Ojeda, Ética: una visión global de la conducta humana (México: Pearson Educación, 2007), 16
[3]Ángel Manuel Rodríguez menciona que el iluminismo afectó significativamente al proceso de interpretación y comprensión de las Sagradas Escrituras. Véase Ángel Manuel Rodríguez, “Hermenéutica contemporánea: Cuestiones y Problemas”, en Entender la Palabra: Hermenéutica Adventista para el nuevo siglo (Cochabamba: Editorial UAB, 2000), 7, 8.
[4]Enrique Espinoza, “El racionalismo de liberales y fundamentalistas”, en Entender la Palabra: Hermenéutica Adventista para el nuevo siglo (Cochabamba: Editorial UAB, 2000), 138. También véase George R. Knight, La visión apocalíptica y la castración del adventismo: ¿Estamos borrando nuestra relevancia? (Florida: Asociación Publicadora Interamericana, 2009), 19.
[5]Pontificia Comisión Bíblica, “La interpretación de la Biblia en la Iglesia”, Revista bíblica 56, no. 1 (1994), 3. Cf. en los documentos publicados en la página oficial del vaticano, bajo “Curia Romana” http://www.vatican.va/roman_curia/congregations /cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_19930415_interpretazione_po.html
[6]Las ideologías que surgieron de filósofos como Aquino (1224/5-1274), Descartes (1596-1650), Kant (1724 – 1804), Hegel (1770-1831), Marx (1818-1883), Nietzsche (1844-1900), Heidegger (1889-1976), Gadamer (1900-2002), Sartre (1905-1980), Barthes (1915-1980) y Derrida (1930-2004), influyeron definitivamente en los paradigmas humanos y con el ello en las presuposiciones hermenéuticas. Para la obra, vida y pensamientos de los mencionados véase Ted Honderich, ed., Enciclopedia Oxford de Filosofía (Madrid: Editorial Tecnos, 2001); Nicolas Abbagnano, Historia de la Filosofía, 3 Vols. Traducido por Juan Estelrich y J. Péres Ballester (Barcelona: Montaner y Simón, S.A., 1978); Roger Verneaux, Historia de la Filosofía contemporánea (Barcelona: Editorial Herder. 1984).
[7]Algunos de los mencionados por Quezada del Rio son: “Acercamiento por los efectos del texto”, “Acercamientos psicológicos y psicoanalíticos”, “Acercamientos por la antropología cultural”, “Acercamiento sociológico”. Javier Quezada del Rio, Los hechos de Dios: que es la Biblia: porque y como leerla, 161-246.
[8]Javier Quezada del Río, “Cómo puede ser la Biblia el alma de la teología?”, en Theologica Xaveriana 59, no. 167 (January 2009): 165-185.
[9]“Jacques Derrida fue el filósofo de la desconstrucción, un filósofo de la posmodernidad. Leer al más influyente filósofo francés de los últimos tiempos es quizá más fácil que ofrecer una explicación de sus dichos… Lo que escandaliza en Derrida no es sólo su condición parasitaria y de total dependencia de lo ya dicho y de lo ya escrito para sobrevivir; lo verdaderamente agitado en él es su vehemente lucha por no resolver sino por complicar”. Enrique Calva, “Jacques Derrida” Metapolitica 10, no. 50 (November 2006): 55-57. “Así pues, “Derrida es y no es judío. Es y no es argelino. Como judío argelino es y no es francés. Por su propio testimonio su experiencia mas importante ha sido ‘sentir que no pertenece’ es decir, un sentimiento de ‘otredad’”. Esther Cohen, ed., Jacques Derrida: pasiones institucionales, vol 2 (México D.F.: Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México, 2007),161. También véase Richard Bernstein, “An allegory of Modenity/Postmodernity: Habermas and Derrida”, en G. Madison, ed., Working Through Derrida,(Evanston: Northwestern University Press, 1993), 204-229. ; Además para el pensamiento y vida de Jacques Derrida véase en la web. http://www.jacquesderrida.com.ar
[10]Ricardo Espinoza Lolas, “Derrida; En torno a la différance”. Revista Observaciones Filosóficas 1 (2005), 8. Bajo “Observaciones filosóficas”, http://www.observacionesfilosoficas.net/derridacir.html (consultado: 16 de Octubre, 2009),
[11]En este trabajo de investigación, para los textos bíblicos se usa mayormente La Biblia de Nuestro Pueblo (BNP), traducción de L. Alonso Schökel.
[12]“… muchos exponentes de la nueva hermenéutica sobrepasan el límite. Ellos argumentan que toda vez que la interpretación de las personas difiere en alguna medida de las de otras, no se puede hablar legítimamente del significado del texto… Ellos dicen que el significado no está en el texto sino en los lectores, los intérpretes, del texto. Si las diferentes interpretaciones son legítimas, entonces no se puede hablar de la interpretación correcta, o la interpretación verdadera; ellos piensan que tales expresiones terminan en afirmaciones de preferencia personal. Si ninguna interpretación en particular es correcta, entonces todas las interpretaciones son erróneas (lo cual conduce al nihilismo hermenéutico conocido como “desconstruccionismo”), o todas son igualmente “correctas”; p. ej. todas son buenas o malas en la medida que satisfacen o cumplen con las necesidades de una persona en particular, o comunidad, o cultura; o simplemente satisface cierto criterio arbitrario. En esta corriente, estos proponentes de la nueva hermenéutica aceptan diferentes “lecturas” de las Escrituras:… una lectura de la teología de la liberación, una lectura feminista, una lectura protestante anglosajona, una lectura católico romana, una lectura homosexual y así sucesivamente. Alineada con el poderoso respeto contemporáneo que la cultura occidental le asigna al pluralismo, esta nueva hermenéutica considera que ninguna interpretación es inválida excepto aquella que declara ser la correcta haciendo a las otras incorrectas”. D.A. Carson, R.T. France, J.A. Motyer y G.J. Wenham, eds., Nuevo Comentario Bı́blico: Siglo Veintiuno (Miami, FL: Editorial Mundo Hispano, 1999), 23. La cursiva es mía.
[13]Alberto R. Timm, “Las escrituras y la experiencia”, Ministerio Adventista, septiembre-octubre, 2009, 31.
[14]Luis Gonçalves, “Cuando la iglesia proclama el sábado”, Revista Adventistas, marzo 2010, 27.
[15]Diccionario de la Lengua Española, 27ma ed., s.v. “sábado”.
[16]Más conocido como Benedicto XVI, natural de Marktl, Baviera, Alemania, nació el 16 de abril de 1927. Es el actual Papa de la Iglesia católica. Fue elegido como tal el 19 de abril de 2005 luego del fallecimiento de Juan Pablo II.
[17]“… esto es el Sábado Santo: día de la ocultación de Dios, día de esa paradoja inaudita que nosotros expresamos en el Credo con las palabras “descendió a los infiernos”, descendió dentro del misterio de la muerte … El viernes Santo podíamos mirar aun al traspasado. El Sábado Santo está vació, la pesada piedra del sepulcro nuevo cubre al difunto…. Sábado Santo: día de la sepultura de Dios; ¿no es éste, de una manera impresionante, nuestro días? ¿No comienza nuestro siglo a ser un gran Sábado Santo, día de la ausencia de Dios, en el que hasta los discípulos tiene un vacio helador en el corazón que se hace cada vez mas grande”. Joseph Ratzinger y William Congdon, El sábado de la historia (Madrid: Ediciones Encuentro, 1998), 38.
[18]Para hacer esta afirmación toman como ejemplo un grupo político religioso judíos llamado, Gush Emunim, que hasta cercan su barrios con rejs para impedir la cirulación de los automóviles y así no violar el sábado en su perímetro, y si encuentran un vehículo circulando son capaces de apedrearlos. Véase, Samuel Toledano, “El fundamentalismo Judío” en Los fundamentalismos religiosos, hoy, en las relaciones internacionales, ed. Carlos Manuel Corral Salvador (Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 1994), 120.
[19]“Hay que recordar de nuevo el pasaje de las espigas arrancadas en sábado. En las últimas redacciones, el hecho ocurre en sábado, el que aparentemente han quebrantado los discípulos de Jesús al arrancar las espigas; y de ahí se sigue la controversia de Jesús con los fariseos. La intención de estas últimas redacciones es la de mostrar que Jesús es dueño del sábado y – como hemos visto – que el sábado es para el hombre y que, por lo tanto, hay que humanizar las prescripciones religiosas… Pero en el fondo de esta controversia hay algo todavía más fundamental que el correcto uso de lo religioso… Lo que los fariseos atacaban era que los discípulos hubiesen arrancado y comido las espigas de un campo ajeno; no que lo hubiesen hecho en sábado. Se trata de un problema estrictamente humano y no religioso: el hambre de los discípulos y el tomar espigas ajenas para saciarla. Y lo que Jesús está afirmando al defenderles es que “en caso de necesidad (aquí, el hambre de los discípulos), toda ley debe ceder el paso a una necesidad vital… Lo que está en juego en esta controversia no es, en primer lugar, un problema religioso, sino un problema humano: el hambre de los discípulos, y lo que Jesús propone es que no puede haber una ley que prohíba satisfacer las necesidades vitales, sea en sábado o no. Esa ley no puede ser mediación de la voluntad de un Dios de Vida. Jon Sobrino, Jesús en América Latina: su significado para la fe y la cristología (España: Editorial Sal Terrae, 1982), 168.
[20]Iglesia Católica, Antonio Palafox y Croy, Catecismo del Santo Concilio de Trento para los párrocos: ordenado por Disposición de San Pio V, Traducido por P. Fr. Agustín Zorita. 2da impresión por orden del Papa Clemente XIII en 1761 (Roma: Imprenta de don Fernando de la Madrid, MDCCCIII), 363.
[21]Alberto R. Timm, “El significado del sábado”, Revista Adventista (Marzo, 2010):10.
[22]Carlos a. Steger, “El sabado: ¿señal de exclusivimo o de generosidad” Editorial, Revista Adventista (Marzo , 2010): 2.
[23]Steven G. Daily, Adventism for New Generation (Portland: Better Living Publishers, 1993), 331.
[24]Adventist Today, (http://www.atoday.com/) entre los temas que se trata el sábado es uno de los mas abordados
[25]Iñaki Urdanibia “Lo narrativo en la posmodernidad” en, En torno a la posmodernidad, ed. Gianni Vattimo (Barcelona: Anthropos Editorial, 2003), 68.
[26]D.A. Carson, R.T. France, J.A. Motyer y G.J. Wenham, eds., Nuevo Comentario Bı́blico: Siglo Veintiuno (Miami: Editorial Mundo Hispano, 1999), 23. La cursiva es mía.
[27]Marcelo Barros, “Muchos lenguajes y una única palabra. Biblia y pluralismo religioso” en Por los muchos caminos de Dios II: Hacia una teología cristiana y latinoamericana del pluralismo religioso, ed. José María Vigil, Luiza E. Tomita, Marcelo Barros, vol. 2 (Quito: Ediciones Abya – Yala, 2004), 148,149.
[28]Ídem, 152,153.
[29]José María Mardones, Síntomas de un retorno: la religión en el pensamiento actual (Santander: Editorial Sal Terrae, 1999), 63. La frase de Derrida se la puede encontrar en su libro, “Cómo no hablar. Denegaciones” (Barcelona: Proyecto A, 1998) 45,46. Este libro es el resultado de una conferencia dada por Derrida bajo el título de “How to avoid speaking”, pronunciada en ingles, en Jerusalén, en junio de 1986, en la apertura de un coloquio sobre Ausencia y negatividad, organizada por The Hebrew Univerity y The Institute for Advances Studies de Jerusalén.
[30]Ibid., 64.
[31]Ibid.
[32]Jordi Llovet, et. al., Teoría literaria y literatura comparada (Barcelona: Editorial Ariel, S.A., 2007), 78.
[33]Un material que puede dar testimonio de ello es el escrito por Judith Shulevitz, una crítica literaria de origen judío, columnista del New York Times y educada en Yale a los pies de Paul de Man y por ende de Jaques Derrida. Véase, Shulevitz, Judith. “The Deconstructionist’s Sabbath”, Commentary 129, no. 4 (2010): 30-34.
[34]Elena G. de White, El Conflicto de los Siglos (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 663.