Los peligros de decir después

Proposición: “El mayor peligro para tu existencia es decir después cuando Cristo te habla ahora.”

Fecha: 8 Noviembre, 2019

Categoría: Sermones

Tipo: Bosquejo

Método: Palabra clave

Hechos 24:24–26: “Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. Esperaba también con esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y hablaba con él. Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.”

Introducción:

  • Existe una ilustración muy antigua que dice: Imagine una escena en la que Satanás y sus secuaces están celebrando una reunión. En este cónclave, el tema que se discute es cómo ganar a los hombres de Dios. Allí se ofrecen muchas sugerencias, hay ángeles del mal que dice:
    • Ofrézcales placer.
    • Diles que no hay Dios.
    • Diles que no hay infierno.
    • Diles que Dios es demasiado bueno para castigar el pecado.
    • Mantenlos ocupados con las cosas de este mundo.
    • Pero la sugerencia premiada es: dígales que hay tiempo de sobra, que dejen las cosas para después.
  • Proposición: “El mayor peligro para tu existencia es decir después cuando Cristo te habla ahora.”
  • Oración interrogativa: Porque hay gran peligro para nuestra existencia si decimos después cuando Cristo nos habla ahora.
  • Oración de transición: Porque al no escuchar u obedecer a Cristo nos colocamos bajo seis amenazantes peligros que nos asechan y que ponen en grave riesgo nuestra existencia y supervivencia.

Cuerpo del sermón:

I.

El peligro de desarrollar un corazón perverso

“Los impíos, por la dureza de su corazón, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron al libertinaje para cometer con avidez toda clase de impureza.” (Efe 4:18b–19 BSO)

II.

El peligro de vivir sólo para morir:

“De nada sirve que una persona gane todo lo que quiera en el mundo, si al fin de cuentas pierde su vida.” (Mar 8:36 TLA)

III.

El peligro de ser una influencia para el mal:

“Pero al que haga pecar a uno de estos pequeñitos que creen en Mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.” (Mat 18:6 NBLH)

IV.

El peligro de desperdiciar tu mejor momento:

“Acuérdate de tus Creadores en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: no tengo en ellos contentamiento.” (Ecle 12:1 BTX)

V.

El peligro ser severamente disciplinado:

“Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.»” (Heb 12:5–6 NVI)

VI.

El peligro de perder la salvación:

“Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto —la cual nos hizo santos— como si fuera algo vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae la misericordia de Dios. Pues conocemos al que dijo: «Yo tomaré venganza. Yo les pagaré lo que se merecen». También dijo: «El SEÑOR juzgará a su propio pueblo». ¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!” (Heb 10:29–31 NTV). “Entonces, ¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar? Además, Dios confirmó el mensaje mediante señales, maravillas, diversos milagros y dones del Espíritu Santo según su voluntad.” (Heb 2:3­–4 NTV)

Conclusión:

  • Amenazantes son los peligros a los que se enfrenta aquel que dice después.
  • ¿Eres culpable de este terrible error de demora? ¡Soluciónalo hoy! Dile yo me rindo a ti.
    • Justo ahora, tus dudas desecha
    • Justo ahora, no lo rechaces más
    • Justo ahora, abre la puerta de tu vida
    • Justo ahora, deja que Jesús entre en tu corazón.

Escrito por Benjamin Rojas Yauri

SDA Pastor, Ph.D. New Testament with concentration in the Epistle of Hebrews Professor of New Testament, Hermeneutic and Biblical Greek Internship Supervisor - Faculty of Theology | Universidad Peruana Unión Research Fellow - New Testament | Stellenbosch University

Salvador, a ti me rindo

Himno 261
 
1
Salvador, a ti me rindo,
obedezco sólo a ti.
Mi Guiador, mi Fortaleza,
todo encuentro, oh Cristo, en ti.
 
Coro
Yo me rindo a ti,
yo me rindo a ti;
mis flaquezas,
mis pecados,
todo rindo a ti.
 
2
¡Oh, qué gozo encuentro en Cristo!
¡Cuánta paz a mi alma da!
A su causa me consagro,
y su amor mi amor será.
 
3
A tus pies, Señor, entrego
bienes, goces y placer.
Que tu Espíritu me llene,
y de ti sienta poder.
 
4
Te confiesa su delito
mi contrito corazón.
Oye, Cristo, mi plegaria;
quiero en ti tener perdón.
 
=====================
Letra: Judson W. Van DeVenter.
Versión español: A. R. Salas
Música: Wienfield S. Weeden

PPT del sermón:


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